miércoles, 3 de septiembre de 2008

Y nació!


No me equivoqué. Las contracciones que se estaban dando aquella tarde eran el pronóstico de un próximo parto. Nos fuimos para el hospital a eso de las 22:00 y nació por cesárea allá a las 04:40 a.m. Larga noche pero que quedará siempre en mi recuerdo. Cuando la matrona salió con ella en brazos, la niña no paraba de llorar, y al posarla en los míos y dirigirme a ella con unas dulces palabras, sus enormes llantos se pararon en seco y dieron paso a un intento por abrir los ojos, si acaso para observar por primera vez aquella voz que durante tantos meses había estado escuchando en la barriga de mamá.
Sencillamente es maravillosa. Además, ya no seré "El último samurai bancario". Ya tengo descendencia y quien sabe, quizás ella me arrebate el sobrenombre, aunque ahora lo importante es que crezca y sea feliz, como lo soy yo con ella.
"El mejor medio de hacer buenos a los niños, es hacerlos felices". Oscar Wilde.