domingo, 18 de abril de 2010

Viaje a Laponia (IX): Lumilinna, El Castillo de Hielo



Lumilinna, significa literalmente eso, Castillo o Fortaleza de Hielo. Y ese es el nombre del famoso hotel ubicado en el puerto de Kemi. Tras volver del paseo por el rompehielos "Sampo" llegamos al puerto pensando que se había acabado la jornada, y nada más lejos de la realidad. Una última visita nos esperaba, se trataba de un paseo por el interior del hotel de Hielo

El hotel es una magnífica construcción de más de 10.000 m2 de amplitud que se construye año a año a finales de noviembre y permanece abierto hasta la llegada de la primavera, en la que evidentemente, el hotel se deshace por el calor.


Curiosamente y pese a lo que se pueda pensar, el hotel tiene una zona permanente en el interior para poder ser usado durante la estación estival.

Pero sigamos con lo importante, su zona interior. En ella, la temperatura no supera los -5 ºC y todo, absolutamente todo está compuesto de hielo. Sin embargo, no tienes la sensación de frío. Debe ser la misma sensación que tienen los esquimales cuando están en el interior de un iglú.





El interior dispone de capilla, bar, restaurante, habitaciones, diferentes salas para diferentes usos (reuniones, exposiciones, etc), además de tiendas y una galería de arte.

En la foto de la izquierda se puede contemplar la imagen de la capilla.







En el interior no deja de maravillar por mucho que se observe. La sensación de ir paseando entre pilares y paredes de hielo no te puede dejar indiferente. Pero es que además, entre ellos se encuentran encajados en una perfecta armonía todas las utilidades de la vida moderna, como la luz eléctrica, tenue eso si, que da a su interior un remanso de paz y tranquilidad.






Las habitaciones son interiores, al menos a las que pudimos acceder, y en ellas se recubren las camas, las cuales están hechas de hielo, como no podía ser de otra forma, con pieles de borrego y unas bolsas donde meterse para dormir.


Es una curiosa sensación. Es más, es ésta una imagen que se repite en otras zonas del hotel, ya que asientos y demás zonas de descanso se protegen con pieles de reno y borrego.






En el exterior, la imagen es tan fabulosa como en el interior. Es una majestuosa obra de arte iluminada que a medida que va entrando la noche parece como si tuviera luz propia, y la luz artificial se encarga de resaltar la imagen compacta del hielo.

Desde aquí se puede observar el patio interior, apreciándose los barracones que dan cobijo a los huéspedes de verano y a los que no tienen el privilegio de dormir en una de las 40 habitaciones del interior.





En el mencionado patio exterior hay zonas de recreo y esparcimiento, un trono en el que poder fotografiarse, una enorme zona donde poder deslizarse en el hielo a través de una rampa..... Todo enfocado para el disfrute del visitante.

Fue toda una sorpresa y un privilegio haber podido visitarlo. A veces uno piensa que estos lugares sólo existen en las películas, pero no es así. Existen y están al alcance de todos.



Un saludo a todos.