sábado, 3 de enero de 2015

La larga espera


El tiempo transcurría sin cambios en la salud de Lindiwe. Habían pasado ya seis meses desde su entrada en coma, y no existía signo de mejoría alguno. Incapaz de responder a estímulos exteriores, su cuerpo permanecía inherte y postrado en cama. Ya fuera de la UVI y del hospital principal de Málaga, permanecía al cuidado en un pequeño hospital donde era diariamente atendida y tratada para evitar desnutrición, infecciones y llagas por permanecer postrada en la cama. Poco más se podía hacer. La habitación 340 había dejado de ser su lugar de acogida para trasladarse a un pequeño hospital con vistas al mar. Ironías de la vida para un cuerpo totalmente ajeno a su entorno.

La familia, un elemento fundamental para ella, seguía visitándola a diario, al igual que Andrés. El resto de amigos apenas aguantaban ya la rutina y rara era la vez que se pasaban por la habitación a verla. De su novio, nada se había vuelto a saber.

La vida para Andrés se había vuelto en una constante en la que no faltaba su día a día profesional y su visita al hospital. Trataba siempre de no coincidir con la familia de ella, a sabiendas que en parte le achacaban a él la culpa de su accidente. El silencio era la nota fundamental que acompañaba los escasos encuentros en aquella habitación.

Sin embargo, mientras permanecía a solas con ella, el diálogo, o mejor dicho monólogo, era la nota dominante. El personal sanitario muchas veces se quedaba mirando la escena con cara de asombro, ya que el día a día era narrado cada tarde en un intento de que el cerebro de Lindiwe no quedara aislado.

- Cientificamente no está demostrado que un paciente en coma oiga - comentó un celador al entrar una tarde

- Tampoco lo contario, no? - espetó Andrés

Y es que nadie le iba a convencer de que Lindiwe no saldría de aquella terrible situación. Siempre trataba de llevar a cabo sus narraciones con ese toque de humor que le caracterizaba, con esa chispa con la que él mismo llegaba a reírse de las situaciones, a veces cómicas, que se desarrollaban en un mundo comercial en continuo contacto con la gente.

Pero su respuesta era nula y nada hacía pensar que aquello fuese a cambiar a corto plazo...