viernes, 3 de septiembre de 2010

Velkommen til Kobenhavn (Bienvenidos a Copenhague)

Para conocer bien una ciudad es necesario conocer antes su historia. Este hecho es de mayor importancia si cabe en el caso de Copenhague, y para conocer el por qué de su geografía actual tendriamos que remontarnos hasta sus mismos orígenes.

Copenhague debe su origen a la conjunción de una serie de factores, casi todos con connotaciones de tipo económico. La gran abundacia de arenques en la zona hizo que en la misma se fueran asentando pescadores, lo que atrajo a su vez a los comerciantes, que crearon un flujo económico en la zona, facilitado además por la buena ubicación geográfica del lugar.

Pero , ¿por qué la abundancia de arenque? ¿Qué tenía de especial este pescado? La explicación es fácil. La pesca del mismo se viene realizando en la zona desde tiempos prehistóricos, siendo utilizado como base de la dieta en los países del Norte de Europa y una comida de referencia durante el período de Cuaresma en la Europa católica romana, lo que popularizó su consumo. Ello se debe en parte a una peculiaridad de este pescado: su conservación. Cuanto más salado está el arenque, mejor se conserva.

Ciframos esta fecha en torno a mediados del S.XI, fecha en la que también comenzaron las desconfianzas de los puertos de la Liga Hanseática, lo que provocó que estos mandaran sus ejércitos para arrasar lo que hasta aquel entonces sólo era un poblado. Pese a ello, el asentamiento se volvió a reconstruir y ya a principios del S.XII es cuando hace su aparición una figura crucial para el devenir de la ciudad: El Obispo Absalon.

Fue en 1.167 cuando Absalon fundó una fortaleza, y es éste el momento que se considera como verdadero nacimiento de la ciudad. El poblado que de inicio se llamaba Han (Puerto de Mercaderes), pasó a llamarse Kobenhavn (Puerto Mercado), nombre con el que aún permanece.

Como consejero del rey danés Valdemar, y brazo ejecutor de una política imperialista consistente en tomar el control absoluto del Báltico, Absalon comenzó una especie de cruzada, mezcla de colonización y guerra comercial, contra la liga Hanseática, apoyando sus fines con grandes flotas de naves vikingas, rápidas y ágiles, capaces de costear las costas y navegar contra el viento.

Bajo su mandato, la ciudad creció y embelleció, aumentando paulatinamente su tamaño y el número de sus fortificaciones.

Serán éstas las dos únicas fotos que os mostraré en esta entrada. Corresponden a la estatua que la ciudad le dedicó a Absalon, y en ellas se puede observar la enorme envergadura de las mismas. Prometo que os mostraré todos los rincones de tan bonita ciudad en sucesivos posts.

Todo este crecimiento experimentado por la ciudad fue lo que la llevó a ser capital del reino en 1.343, lo que trajo consigo un nuevo período de esplendor y también el recrudecimiento de las hostilidades de la Liga Hanseática, lo que provocó que en 1.368 Copenhague fuera totalmente arrasada, siendo ésta una de las razones por las que la ciudad conserva hoy en día muy pocos edificios mediavales.

Durante el renacimiento, con Cristian IV como gobernante, la ciudad vivió un nuevo crecimiento, con la crecación de dos nuevos puertos así como nuevas fortificaciones y zonas amuralladas. La ciudad volvió a crecer y ganó en belleza y esplendor, hasta que en 1.658 se tuvo que enfrentar a un nuevo ataque, esta vez del ejército sueco. Para defender las ciudad se quemaron las casas exteriores a la muralla, creando así una primera línea de fuego, y provocando con ello el fracaso de la contienda para los suecos, hecho éste que alargaría la guerra contra el Reino de Suecia durante décadas del S. XVIII.

Fue a su vez en este siglo cuando la ciudad sufrió múltiples plagas, como la peste de 1.712, o un incendio que la arrasó por completo en 1.728. Pero fue también el siglo donde se crearon los principales monumentos de la ciudad de hoy: el Palacio de Christiansborg y el Palacio de Amalienborg.

Un nuevo incendio asoló la ciudad en 1.795 y el bombardeo inglés en 1.807, para tratar de evitar que la flota imperial danesa fuese entregada a Napoleón, cierran un sinfin de tragedias que explican cómo en la Copenhage de hoy conviven próximos edificios antiguos y modernos en un continuo contraste que se repite en toda la ciudad, no encontrándose apenas edificios anteriores al S.XVIII.

Poco a poco os iré enseñando cada uno de los rincones de la ciudad. Espero que os guste, como me gustó a mi.

Un saludo a todos

3 comentarios:

Pescadora de Perlas dijo...

Muy en lo cierto Andrés eso de que antes hay que conocer su historia. Por lo pronto me gusta leer sobre tus conocimientos, tanto com apreciar las fotos.

Un beso grande, espero que ya descansadito

MAYTE dijo...

No conocía esta historia, Ha tenido que ser un viaje precioso, que suerte poder viajar tanto.
Por si el miércoles no me acuerdo…
¡¡FELICIDADES!!
Adelantadas para tu hija Victoria.

Besos para los dos.

Diana dijo...

Estimado Andrés!

Andas de nuevo de viaje?...que envidia de la buena, he?

Ya extrañaba tus escritos, es bueno saber de ti de vez en cuando y que tu tiempo lo permita.

Un Abrazo desde mi asolada tierra...

Diana