domingo, 12 de abril de 2015

Historias de la Gasolina



Ayer por la noche tuve que repostar. La línea de caja presentaba una inusual cola de personas aguardando su turno. 

Mientras esperaba el último, observaba la máquina del tabaco y cómo indicaba que presionaras la marca para saber su precio. Presioné Ducados, la que fumaba mi abuelo. Marcó 4,70 €. Al ritmo que fumaba y con la pensión que tendría hoy, gastaría un 12% de la pensión en fumar. Demasiado.

Vi que había una máquina de Nespresso y recordé los 3 años que estuve recorriendo las carreteras de España bebiendo un café que me hacía retorcer el estómago.

Me percaté de la zona dedicada a productos de Andalucía y como detrás de la cajera había una estantería con compresas y preservativos. Descubrí los Donuts Dálmata y hasta me dio tiempo a ver la oferta que ofrecían por la mochila de Marc Márquez!!

Teniendo en cuenta que estaba en una gasolinera, y a la diversidad de ingresos que ésta genera, llama la atención que sólo haya dos tipos de gasolina y otros dos de diésel. Quizás la diversificación debería ir más encaminada por ahí. 

De pronto llegó mi turno y al indicarle que el mío era el surtidor 2, pude ver que Isa, la cajera, tenía los ojos enrojecidos. Le pregunté si le ocurría algo y quizás por ser el último cliente y por poner el dedo en la llaga, arrancó a llorar. 

El día de ayer será un día de doble aniversario para ella. El día en que supo que estaba embarazada y en el que su ex la dejó. 

Cosas así siguen ocurriendo y al saber de ellas sigues sin saber bien qué decir. Tan sólo pude decirle que "piensa que hay amores que siempre te provocan una sonrisa al recordarlos. En tu caso la sonrisa la vas a tener siempre en el rostro de tu  hijo, así que anímate que tienes mucho por lo que luchar" Más o menos fue así. 

Cogí mi coche y me marché, no sin antes ver roto el llanto de Isa con una sonrisa espontánea.


Una historia cotidiana, una más que no depende del precio de la gasolina.

sábado, 3 de enero de 2015

La larga espera


El tiempo transcurría sin cambios en la salud de Lindiwe. Habían pasado ya seis meses desde su entrada en coma, y no existía signo de mejoría alguno. Incapaz de responder a estímulos exteriores, su cuerpo permanecía inherte y postrado en cama. Ya fuera de la UVI y del hospital principal de Málaga, permanecía al cuidado en un pequeño hospital donde era diariamente atendida y tratada para evitar desnutrición, infecciones y llagas por permanecer postrada en la cama. Poco más se podía hacer. La habitación 340 había dejado de ser su lugar de acogida para trasladarse a un pequeño hospital con vistas al mar. Ironías de la vida para un cuerpo totalmente ajeno a su entorno.

La familia, un elemento fundamental para ella, seguía visitándola a diario, al igual que Andrés. El resto de amigos apenas aguantaban ya la rutina y rara era la vez que se pasaban por la habitación a verla. De su novio, nada se había vuelto a saber.

La vida para Andrés se había vuelto en una constante en la que no faltaba su día a día profesional y su visita al hospital. Trataba siempre de no coincidir con la familia de ella, a sabiendas que en parte le achacaban a él la culpa de su accidente. El silencio era la nota fundamental que acompañaba los escasos encuentros en aquella habitación.

Sin embargo, mientras permanecía a solas con ella, el diálogo, o mejor dicho monólogo, era la nota dominante. El personal sanitario muchas veces se quedaba mirando la escena con cara de asombro, ya que el día a día era narrado cada tarde en un intento de que el cerebro de Lindiwe no quedara aislado.

- Cientificamente no está demostrado que un paciente en coma oiga - comentó un celador al entrar una tarde

- Tampoco lo contario, no? - espetó Andrés

Y es que nadie le iba a convencer de que Lindiwe no saldría de aquella terrible situación. Siempre trataba de llevar a cabo sus narraciones con ese toque de humor que le caracterizaba, con esa chispa con la que él mismo llegaba a reírse de las situaciones, a veces cómicas, que se desarrollaban en un mundo comercial en continuo contacto con la gente.

Pero su respuesta era nula y nada hacía pensar que aquello fuese a cambiar a corto plazo...



sábado, 30 de agosto de 2014

De vuelta al Hospital



Eran ya más de las nueve de la noche y Andrés comenzaba  a desesperarse en la sala de Urgencias de aquel Hospital. Seguro que lo suyo sólo era una radiografía, escayola y de vuelta a casa, pero el abarrotamiento de las instalaciones de Urgencias del Hospital le creaba más trastorno que la propia rotura del codo, porque de lo que estaba seguro es que el codo estaba roto. El sonido al chocar contra el suelo así se lo transmitió.

De repente llegó su turno para radiografía. Entró con el brazo en cabestrillo, tal y como se lo habían enmendado en el Centro de Salud y pocas posturas pudo poner de cara a la prueba:

  - "¡Señora!! ¡No ve que no puedo moverlo!! ¡ Me duele!

  - Ya, ¿y tú no ves que tengo que hacer la radiografía lo más descriptiva posible de la zona? Eso tiene mala pinta. Porque si no puedes ni tan siquiera apoyarlo como yo te indico...

  - Limítese a hacer su trabajo que eso ya me lo dirá el médico.

  - Maleducado...." (masculló la enfermera mientras cerraba la puerta).

A los pocos minutos de acabar salió la enfermera con la radiografía en un sobre y con una cara casi de asombro. Lo pasó directamente al Dr. Se acabaron las esperas.

El médico que le atendió en primera instancia se trataba de un joven en prácticas. Al llegar Andrés, le pidió que se sentara y le contara lo que le había ocurrido:

  - Pues verá, mientras jugaba al fútbol un compañero me desequilibró en carrera con un rodillazo y me hizo caer de boca, con tal mala suerte que caí con el codo.

La cara del médico cambió por completo al ver la radiografía. Preso de algo que se movía entre la incredulidad y la euforia de ver algo así, se levantó sin mediar palabra y trajo con él a un Dr. de unos cuarenta y tantos años. Las preguntas fueron las mismas. Su cara también, aunque algo menos.

  - El golpe ha sido fuerte. ¿Jugando al fútbol?

  - Si.

Aquello comenzaba a no agradar a Andrés, quien vio como se marcharon ambos dejándolo de nuevo solo en la sala. No fueron más que unos minutos hasta que volvieron acompañados de un tercer Dr. de algo menos de sesenta años, y que se identificó como el Dr. Iglesias, Cirujano Jefe de Traumatología.

  - Hijo esto hay que operarlo, ¿lo sabes, no?

  - ¿Qué? ¿Operar? ¿Y por qué no me ponen una escayola y listo?

  - Imposible. Lo tuyo no se arregla con escayola. Hay que operar.

  - Pero ¿y cuánto tardaré en recuperarme?

  - Un mes inmovilizado y unos cinco de rehabilitación.

  - Eso no puede ser!! Estamos a 26 de diciembre, eso significa que no podré trabajar hasta mediados de junio...

  - Si, ¿y qué quieres decir con eso?

  - Empieza el año, nuevos objetivos, presupuestos,....

  - Olvídate de eso ahora. Lo importante es salvar tu codo.

  - ¿Pero qué dice Ud. de salvar mi codo? Ni que esto fuera la película del Soldado Ryan.... Y no sé ni tan siquiera ni porqué hay que operar.

  - Para que lo entiendas, tienes rotura de cúbito, radio, húmero y ligamentos. Si te gusta el fútbol y para que lo entiendas mejor, es como la triada de los futbolistas pero en el codo. Esta noche te quedas aquí y te apunto en lista de espera para operarte mañana. Si no falla nadie, te intervendré pasado mañana.

Aquello dejó a Andrés un tanto desubicado. Pasó de su estado inicial, un tanto arrogante, hacia uno  dubitativo, si saber aún asimilar todo aquello que tan rápido estaba ocurriendo. Tras una breve espera lo pasaron a una habitación en la tercera planta, aquella en la que se trataban los enfermos más graves de traumatismo. No quiso ser ayudado para la ducha. Le parecía denigrante, pero lo cierto es que sí hubiese necesitado esa ayuda, ya que fue muy difícil llevar a cabo la ducha con el brazo en cabestrillo.

Tras la marcha de su hermana y cuñado, los cuales le acompañaron en todo momento al tiempo que le acercaron lo más básico para estar los proximos días en el hospital, la puerta de la habitación se cerró. Ensimismado en su mundo trataba de adaptarse a la nueva situación, resoplando y haciendo unos aspavientos que tampoco le ayudarían mucho a desenvolverse en su nueva situación. De pronto se abrió la puerta y entró la enfermera. Aquello le permitió oir unos continuos llantos al fondo del pasillo que poco a poco se iban multiplicando. Sin darle tiempo a preguntar el motivo de aquellos llantos, el Dr. Iglesias hizo acto de presencia.

  - Eras el segundo paciente en reserva. En estos momentos eres el primero.

  - Que bien (en un tono que rozaba lo sarcástico). Verá como al final me opera mañana.

Tanto la enfermera como el Dr. Iglesias se miraron un tanto indignados por aquel desafortunado comentario.

  - No lo creo. Aunque pudiera, me gustaría tratar bien tu caso. Debo estudiar algunas cosas antes.

  - Dr. que es una rotura. Abra, suelde y cosa. Ya está!!!

  - Creo que no eres consciente de la gravedad de la lesión. Además de lo que te expliqué en Urgencias, una pequeña parte del codo se ha volatilizado, no existe. Cuando abramos habrá que aspirar los huesos y no podremos reconstruir, sólo tratar que se unan de nuevo. Será un milagro que recuperes el 100% de la movilidad. Pero no sólo eso, puedes perder gran parte de la misma. Prepárate para lo peor. No soy muy optimista.

  - ¿Qué está Ud. diciendo?

  - Escucha bien hijo, tomatelo muy en serio. El resultado de la operación dependerá no sólo de lo que mi equipo y yo seamos capaces de hacer en quirófano, sino de lo que tu pongas de tu parte en la rehabilitación, la cual deberás comenzar desde el minuto uno. Será muy dolorosa, pero es necesaria que la completes. Un día que pierdas es un tanto porciento de movilidad que no recuperarás. Llevo muchos años en traumatología y pocas veces he visto una lesión tan compleja.

    Descansa y no te preocupes. Todo saldrá bien.

El Dr. Iglesias se marchó después de dar un par de palmadas en el hombro de un Andrés que quedó desorientado.

Mientras, la enfermera se quedó rellenando un cuestionario al que él respondía con bastante desánimo, accedió a preguntar interrumpiendo con ello el cuestionario:

  - ¿Por qué he avanzado un puesto en la lista de espera?

  - Ha fallecido el paciente de la 340

  - ¿Fallecido? ¿De ahí los llantos?

  - Sí.

  - ¿Y qué le ocurrió?

  - Un derrame interno. No se pudo hacer nada.

Después de terminar su cuestionario y marchar hacia la puerta, la enfermera se dio la vuelta antes de salir:

  - El Dr. Iglesias no suele visitar a enfermos y menos a esta hora de la noche. Sientete un privilegiado. Descansa. Buenas noches.

La puerta se cerró y Andrés se quedó sumido en el desconcierto. Aquellas palabras del Dr. le hicieron aterrizar de golpe en el suelo. Un golpe más duro que el recibido durante el partido. Y es que lo malo del éxito es que te hace confundir tu valor como persona con los objetivos que se van consiguiendo, como si fueses mejor persona o más respetada por tus éxitos, y no es así. Después de un 2006 triunfal, Andrés había olvidado lo que le había hecho llegar hasta allí, aquello por lo que fue considerado un Samurai Bancario. Cegado por la inercia de los éxitos, pensó estar por encima de muchas cosa. Una lástima.

Conmovido por la situación, salió al pasillo dirigiéndose hacia la 340. Enfundado en aquel ridículo pijama de hospital, se desplazaba lentamente por el pasillo. Al llegar a la habitación, cayó en la cuenta que aquella habitación 340 era la misma en la que estuvo ingresada Lindiwe en su largo coma. Su respiración se aceleró. Ensimismado en su mundo, había olivado incluso hasta a quien tanto amó. Y no había pasado tanto de aquello, apenas 5 años de su brutal accidente.

Cabizbajo regresó a su habitación. Consiguió como pudo quitarse las lentillas y se dirigió a la cama. Estaba derrumbado. La cruda realidad, la soledad y su complicada situación le habían hecho claudicar. Abatido, eran muchas las ideas que le pasaban por su cabeza. La vida era más que unos simples objetivos y resultados. ¿Qué sería de él si perdía la movilidad del codo?

Su brazo seguía muy inflamado y una mancha negra se extendía al tiempo que continuaba aumentando el hinchazón. El dolor volvía a hacer acto de presencia. Pidió un calmante. Bajó la cabeza, y vacío por dentro, en la soledad de la noche, aprisionado en el ostracismo de su habitación, claudicó. Y lloró.....

domingo, 23 de junio de 2013

El Tsunami Financiero (y IV): la tercera Ola


Para entender la llegada de la tercera Ola, debemos irnos a los orígenes de los problemas que arrastra la Economía española, problemas con una base estructural y que ningún gobierno hasta la fecha, por falta de respaldo o vigor político, ha acertado a solucionarlos.

Sin extenderme demasiado, dichos problemas se pueden enumerar en:

1.- Un excesivo peso del sector de la construcción, que en épocas del boom llegó a representar el 18 % del PIB, mientras que en países periféricos de la zona euro representaba entre el 4-6%. Para entender esta cifra, tenemos que ver que se trata de un sector en el que las tasas de productividad son bajísimas, poco tecnológico y escasa capacidad de innovación, que además requiere una mano de obra de escasa cualificación.

2.- Una tendencia histórica a suplir las inversiones de capital con bajadas en los costes laborales.

3.- Unido a lo anterior, escasas tasas de inversión en I+D+i, lo cual bloquea la salida de la crisis, ya que nuestras empresas no pueden competir en mercados cada vez más globalizados. Con ello llegamos también al problema de la educación y la escasa relación universidad-empresa. En España se invierte mucho en educación, pero mal. Los programas educativos no se enfocan al mundo laboral y no se centran en la búsqueda de nuevas investigaciones aplicables al mundo de la empresa. Y eso a nivel de Universidad. A niveles inferiores, los problemas son otros, en el que podemos destacar el galimatías que supone que cada región disponga de un programa educativo diferente o la formación del profesorado, totalmente al margen de los idiomas.

4.- El sector financiero, que hasta la llegada de la crisis se mostraba como uno de los más fuertes del mundo, demostró la debilidad estructural de numerosas entidades que requirieron del rescate público al tener sus balances sobrevalorados, lo cual ha supuesto un excesivo endeudamiento público, a niveles desconocidos hasta la fecha..

5.- El sector público español gasta mucho más de lo que ingresa y actualmente, y debido a la falta de credibilidad de la economía española, no parece que el mercado exterior esté muy dispuesto a seguir prestándonos dinero a bajo coste. La búsqueda de un programa coherente de consolidación fiscal es el único salvavidas posible para esta situación. En la medida que los recursos del sistema se vayan dedicando a  prestar al sector privado y no al público, se irá creciendo en I+D+i y por consiguiente, en crear empleo. El actual modelo de estado autonómico tampoco ayuda a resolver la situación.

6.- Excesiva dependencia del sector exterior, ya no sólo a nivel de capital, sino de consumo. El déficit crónico de nuestra balanza de pagos a todos los niveles, no sólo a nivel energético, es un lastre para nuestro modelo económico.

7.- El anacrónico déficit energético, que nos obligaría a buscar nuevas energías baratas y renovables, algo que nos llevaría a ser punteros dada la abundancia de las mismas en nuestro país, sigue siendo una loza casi insuperable, sin haber disminuido en absoluto nuestra dependencia de sectores tan caros y contaminantes como el carbón o el petróleo.

Unido a todo ello, desempleo crónico, altas tasas de economía sumergida, mercados reducidos y en condiciones de monopolio u oligopolio, son otros de algunos de los problemas estructurales presentes en nuestra realidad económica.

Y viendo todos estos puntos debemos darnos cuenta que la tercera Ola la estamos viviendo ya, sólo que aún no ha impactado sobre nosotros.

En estos momentos, nuestra sociedad está herida, casi muerta diría yo. Una sociedad que camina por la senda de un camino ya trazado y de resultados ya conocidos, a no ser que todos rememos en la dirección de querer resolver los problemas antes mencionados.

Somos como aquel paciente ingresado en un Hospital tal un accidente de tráfico al que le preguntan cómo está y responde que bien, que se encuentra bien. El problema es que este paciente, esta sociedad, ya ni responde, sólo espera que algún día la crisis pase y todo vuelva a ser como antes, sin darnos cuenta que construimos un gran edificio sobre unos cimientos de barro, porque los problemas mencionados siempre estuvieron ahí, sólo que a nivel mundial el dinero era muy barato y nosotros decidimos gastarlo en vivir a corto plazo.

Para salir de esta situación es necesario tomar una serie de medidas, que romperán una serie de privilegios en ciertos órganos y sectores, pero que a la larga serán de gran ayuda para la economía en general. Medidas que tienen que cumplir una serie de requisitos: tener impacto positivo, ser posibles y rentables.

Si nos dedicamos a analizar uno a uno todos los problemas enumerados, la aplicación de dichas medidas puede suponer un cambio de tendencia positivo, pero la pregunta es ¿lo queremos? ¿Estamos dispuestos a mirar por los intereses de nuestra sociedad, y no por los de un sólo sector o colectivo?

Quizás escriba sobre eso próximamente. Sólo quizás.


sábado, 15 de junio de 2013

El Tsunami Financiero (III): otra respuesta ante la crisis


Siguiendo con la respuesta a la tercera Ola, vamos a ver otro enfoque. Nos desplazamos hasta mediados del S.XX, en concreto a la Alemania nazi.

Hitler accedió al poder en un entorno dominado por las consecuencias de la Gran Depresión de 1.929 y en un país, Alemania, en el que el descontento y la frustración por la derrota sufrida en la Gran Guerra, junto a la carga que suponía las sanciones impuestas por la derrota, hicieron de caldo de cultivo para su rápido ascenso, amparado en su fuerte carisma y cada vez mayor popularidad.

Dicho ascenso, así como sus éxitos, fueron meteóricos. En seis años le dio la vuelta a la situación económica y social, llevando a cabo una recuperación asombrosa. En el plano político desencadenó el inicio de la Segunda Guerra Mundial, consiguiendo una serie de sorprendentes victorias, muchas veces en clara inferioridad numérica, pero amparado en un gran despliegue estratégico y nuevas fórmulas de llevar a cabo la guerra.

Su trayectoria parecía imparable. Así, podemos decir que en 1.941 era el claro ganador de la contienda tras haber conquistado gran parte de Europa y el Norte de África. Pero algo hizo cambiar el curso de las cosas. No fue un error, sino una secuencia de ellos los que desataron ese punto de inflexión, esa crisis en ese modelo de éxito que había diseñado.

Y las razones del fracaso fueron obvias: trató de mantener un control absoluto de las operaciones de la Wehrmacht, a pesar de moverse siempre entre desoladores búnkeres de mando, lo que le llevó a divorciarse cada vez más de la realidad. Por otro lado, sus tropas estaban demasiado expandidas, con un pésimo sistema de suministros y una Luftwaffe en manos de uno de los mayores incompetentes de la escena militar, el ministro Goering. Una renuncia a la guerra naval, o la no instalación del país en una auténtica economía de guerra fueron otras de las causas que contribuyeron al comienzo de su fracaso.

¿Y qué hizo Hitler? Pues en vez de analizar los fallos de su estructura, achacó todos los males a la falta de espíritu combativo de sus tropas (proactividad que diríamos hoy) así como a la no comprensión por parte de su alto mando de las órdenes por él transmitidas.

Como resultado de ello se dedicó a solicitarles a su ejército un mayor vigor en la batalla sin proporcionarles más recursos, lo que le condujo a nuevas derrotas, una mayor carga de trabajo, estrés y a un cada vez mayor deterioro de su estado de salud. Todas las operaciones necesitaban de su autorización, lo que unido a la falta de comunicación que se produjo en muchas ocasiones, provocó la pérdida de efectividad en la batalla y con ello nuevas derrotas.

Y es que "ante los problemas, tendemos a potenciar aquellas cualidades que más dominamos, aunque sean aquellas que han ocasionado la crisis...."

Por tanto nos encontramos dos maneras de afrontar las crisis:

1.- Convertirla en una oportunidad, como logró hacer el Ministro Pombal.

2.- Reforzar las conductas y habilidades en las que nos sentimos fuertes. Es lo que hizo Hitler, y desgraciadamente, lo que está haciendo España ante esta crisis.


domingo, 9 de junio de 2013

El Tsunami Financiero (II): preparados para la tercera Ola



Tan trascendentes son las crisis como la respuesta que se les de a las mismas. Etimológicamente el término crisis proviene del griego y se define como "separación", "decisión", "punto crítico". Crisis es algo que se rompe, y al romperse hay que analizarlo. Por ello en época de crisis se requiere una toma de decisiones flexible que otorgue respuestas acordes a la situación.

Para sobrevivir a la tercera Ola es necesario un enfoque que de respuestas a la situación. Volvamos a analizar la historia. Volvamos a Lisboa.

En Portugal reinaba José I, quien tras acceder al trono a los 35 años, tras la muerte de su padre, cedió el poder a manos del Marqués de Pombal, quien ocupó el puesto de Primer Ministro pese a las reticencias de la aristocracia lusa, que lo rechazaba al considerarlo el advenedizo hijo de un hacendado rural. Rechazo por otro lado mutuo, al ver éste a los viejos nobles como una clase decadente y corrupta incapaz de hacer frente a los problemas de Portugal.

Milagrosamente, el Marqués de Pombal sobrevivió a la catástrofe. Suya fue la frase "Cuidar de los vivos, enterrar a los muertos", frase que resume a las claras el pragmatismo de sus acciones, enfocadas a quitar lo que no sirve para proteger lo que si sirve.

A continuación envió bomberos al interior de la ciudad para extinguir los incendios, organizó grupos para enterrar a los cadáveres, y viendo que el número de éstos desbordaba cualquier previsión, decidió en contra de los criterios de la época, cargar los cadáveres en barcazas y enviarlos más allá de la boca del Tajo, con el fin de evitar que las epidemias se extendieran por el resto de la población. A esto hoy en día lo podemos equiparar a poner todos los Activos tóxicos en un banco malo y aislarlos del resto del Sistema. Se movilizó al ejército, el cual rodeó la ciudad para evitar la huida de los hombres sanos que podrían ayudar al despeje de las ruinas, así como evitar los saqueos. Asimismo se levantaron patíbulos donde se vio como 34 saqueadores fueron ejecutados. Alguna simbología podemos encontrar hoy en día con este hecho. Sólo hay que estar atentos a los telediarios.

Pero hizo más que todo lo descrito. Aprovechó la tragedia para reconstruir Lisboa, dotándola de su estructura actual y tratando la situación como un buen gestor, no como un político, debiendo asumir decisiones contrarias a la opinión pública en general. Y es que a veces los problemas no sólo vienen de la crisis, sino también de la forma en que la afrontamos.

En el próximo capítulo veremos otro enfoque muy diferente a la crisis, o cómo no debemos afrontar la tercera Ola.

domingo, 2 de junio de 2013

El Tsunami Financiero (I)


Para entender, no sólo lo que está ocurriendo en el sector financiero español, sino lo que queda por llegar, podemos recurrir a la historia y a los símiles que ésta nos presta en conjunción con los vaivenes de la naturaleza.

Corría el 1 de Noviembre de 1775, festividad de todos los Santos y un día de ferviente devoción cristiana. Es por ello que las iglesias de Lisboa se encontraban abarrotadas de fieles devotos dispuestos a cumplir con su obligación de velar por los difuntos. En ese momento, un fuerte terremoto de fuerza 9 se apoderó de la ciudad. Las construcciones, de mala calidad dada la época, cedieron ante la magnitud del seísmo, haciendo de las Iglesias un nido donde murieron miles de personas. Los que pudieron salir entre los escombros, tuvieron que enfrentarse a los incendios provocados por las cocinas, entonces de leña, y que asolaron la ciudad durante cinco días.

La población huyó hacia la playa, donde se encontraron un panorama anómalo. Las aguas del mar se habían retirado y durante un espacio de tiempo inferior a una hora se pudo observar al descubierto todos los fondos marinos que rodean la ciudad. Transcurrido ese instante, llegaron las olas del tsunami provocado por el terremoto.

Fueron tres, a intervalos de una hora. Apagaron la gran mayoría de los fuegos, pero ahogaron a una gran mayoría de la población superviviente. En cuestión de horas, casi la mitad de la población lisboeta había fallecido.

De este relato, hay que sacar varias conclusiones:

1.-Las crisis siempre se generan previas a ciertas señales de alarmas que algunos, considerados locos por la gran mayoría, suelen ver, y a los que pocos hacen caso. En el caso de Lisboa la retirada de las aguas del mar condujo a algunos hacia el exterior de la ciudad, lejos de aquella situación.

2.- Luego las olas golpean dejando a muchos sin mucha capacidad de reacción. En un momento desaparecen recursos amasados durante años.

3.- Nunca es un solo golpe, siempre una cadena de ellos. Pero no acaban con nuestra especie. Somos reacios al cambio, pero cuando éste se produce de una forma violenta nos adaptamos a él para seguir subsistiendo.

Acercándonos a ver qué ocurrió con el Sistema Financiero español, vemos cómo en Agosto del 2.007, fecha considerada por todos como el comienzo de la Crisis, hacia ya meses que el "mar había comenzado a retirarse".

El mercado estaba lleno de supuestas oportunidades basadas en hipotecas al 150% del valor de compra y promociones desarrolladas en un mercado sobredimensionado y construidas en unos terrenos sobrevalorados. Algunas entidades pararon, aunque fueron pocas.

La primera ola llegó con gran fuerza y vigor. Fue la ola de la morosidad. De repente, tras ese Agosto del 2.007, el mercado estalló y se percató que los precios eran ficticios y no se correspondían con la realidad. Comenzaron los impagos y las entidades comenzaron a buscar soluciones: refinanciaciones, pagos aplazados, renegociaciones de deuda, todo lo necesario para evitar el mayor número de víctimas para el sistema financiero. Pero esto era imposible, y lo peor, trajo una primera epidemia al sistema llamada "desconfianza".

La segunda ola la estamos sufriendo en estos momentos. Es la ola de las fusiones. La primera ola ha dejado un gran número de cadáveres en el sector. Ahora se trata de fusionarse buscando menos entidades, más saneadas, asumir menos riesgos y con menor índice de costes fijos (personal, sucursales,etc) Se trata de ganar dimensión y adelgazar un mercado ya de por sí sobredimensionado.

Pero es esta una ola bastante pequeña, y ayudará a crear un nuevo tipo de entidades financieras que posiblemente se vuelque más en el foco del negocio: el cliente.

La tercera ola está aún por llegar. Hablar de ella cuando aún no nos hemos recuperado de la primera y la segunda parece un absurdo, pero cuanto antes seamos conscientes de su llegada, antes podremos prepararnos.

Será una ola que cambiará el concepto que actualmente tenemos de la banca y que para su análisis requerirá un estudio aparte.







miércoles, 2 de enero de 2013

REEDITADO. Quizás fue el amor: Capítulo final


Hola a todos

Tal y como dije en la entrada de regreso, este no es un blog de viajes, o al menos inicialmemte no se concibió con esa idea. En él se narraba una historia, la cual había eliminado de internet por razones personales. Sin embargo, he querido volver a editar los dos último capítulos en uno sólo.

La razón del por qué estos dos últimos capítulos, no es otra que en ellos se pueden encontrar muchos y muy variados sentimientos y emociones. No es sólo el desenlace de una historia, sino el contraste de un pasado vivido con intensidad al lado de Lindiwe, frente a un presente que se quiebra con Elvira, al tiempo que se muestra la dureza de un futuro incierto y desolador en el que no se atisban signos de esperanza. Quizás demasiados contrastes en un corto espacio de tiempo, pero a la vez, reales como la vida misma. Algo que se puede tornar en secuencia metafórica cuando lo extrapolamos a otros momentos de la vida.

El conflicto surge en muchas ocasiones. A veces nuestra vida discurre en una trinchera, en la que por momentos nos sentimos temerosos y por momentos Titanes capaces de todo. En uno y otro instante, llegan puntos de inflexión que debemos de afrontar, ya que las trincheras de la vida son como las reales: pequeños agujeros escabados en el suelo donde guarecernos un breve instante. La vida está siempre fuera.

Gracias por seguir mi historia.


La imagen que se tiene después de acceder a la sala de cuidados intensivos, es de esas que no se olvidan en la vida, quedan grabadas para siempre. Ver a Lindiwe allí hizo que Andrés se desmoronara anímicamente. Fueron escasos segundos los que pudo permanecer en la sala. Suficientes para que todo quedara encarcelado en sus retinas.

Al salir habló con uno de los médicos que la asistía:

- ¿Se salvará, Doctor?

- Es difícil de decir. Presenta traumatismo con conmoción cerebral y entrada en coma casi profundo. Tiene un hematoma frontal y discreta rigidez cervical. Necesita inicialmente de respiración asistida, y está conectada a electrodos a nivel cardíaco y cerebral. Por vía venosa recibe sueroterapia y tiene inmovilización cervical con collarín.

- Pero..... no entiendo mucho de medicina. ¿Saldrá del coma?

- No se sabe. Es difícil posicionarse en estos momentos. Puede que le queden horas de vida o que se recupere totalmente de las lesiones. Al entrar a urgencias le hicimos un TAC con contraste en el que no se observaron signos patológicos.

- ¿Qué es eso?

- Hemorragias, desplazamiento de masa encefálica,... etc. Tan sólo una luxación del hombro izquierdo atribuible al cinturón de seguridad. En esa zona necesita inmovilización con vendaje. Todo ello no quiere decir que vaya a sobrevivir. Si no sale del coma en breve, pueden aparecer infecciones, escaras, perdida de masa muscular, fiebre,.... que agravarán la situación de por si deteriorada.

Las próximas 24 horas serán fundamentales en la evolución.

Además, siento decirle que por desgracia ha perdido la gestación.

- ¿Gestación? ¿Estaba embarazada?

- Sí. ¿No lo sabía?

- No, no me había dicho nada. Decía que quería contarme algo esta misma noche, pero no sabía nada. ¿Pero de cuánto estaba?

- Al llegar a Urgencias presentaba una pequeña pérdida vaginal de sangre. Una hora más tarde perdió definitivamente el feto. Era aproximadamente de unas 12 semanas.

Doce semanas, 3 meses, se había quedado embarazada por Navidades.

El tiempo se detuvo en ese instante para Andrés. No reaccionó ni con el "Lo siento" emitido por el médico. Instantes después llegó la familia de Lindiwe. Hermano, cuñada,...... La escena es difícil de narrar.

Andrés se apartó del lugar y se dirigió a sentarse junto a las escaleras. Al cabo de unos minutos vio a Elvira indagando entre el personal sanitario acerca del accidente de tráfico. Casi sin querer, ella se percató de su presencia. Tampoco le hicieron falta más datos. Una chica de color ingresada en la UVI, un accidente de tráfico a la entrada de Málaga y Andrés desolado en las escaleras del hospital. No le dirigió palabra. No sé si estaba dolida por la mentira o si se dio cuenta de lo que él sentía por aquella mujer. Poco importaba ya eso.

Al día siguiente, una escueta narración en el diario. Pocos detalles.

Demasiadas sorpresas para una noche. Pero no iban a ser las últimas.

Al día siguiente, Andrés no acudió al trabajo. Llamó para pedirse un día de asuntos propios. No hubo pegas por parte de la Directora, aunque si le advirtió que tendrían que hablar al día siguiente. Algo tenía que contarle.

Las horas se hacían eternas en el hospital. La mayoría de la familia de Lindiwe permanecía allí, entre el pasillo de la UVI y las escaleras. Se hablaba poco, y todo alrededor de aquel lugar era tristeza y desazón. Pero algo le extrañaba a Andrés por encima de todo. Se percibían ciertas reticencias de los familiares a que él siguiera en el hospital. Tampoco le dio más importancia. Aquellas 24 horas iban a ser decisivas y podrían llegar a ser sus últimas horas de vida.

Pasadas las mismas no hubo cambios significativos. Todo seguía igual. Ya que aquello no iba a ser cuestión de horas, sino de algo que se podía alargar en el largo plazo, Andrés volvió al trabajo. Al llegar a la oficina la sorpresa fue tremenda. Masako, la Directora, había presentado la dimisión. Se marchaba a otra entidad financiera. Sin más, sin avisar. Siempre que hay cambios a nivel de Dirección, todo el personal tiene dudas por todo lo que puede acarrear consigo. aunque en aquellas circunstancias a él le supo a indiferencia. No era lo más importante en esos momentos. Sabía que no era su turno de ascender. Hanako, la otra apoderada, tenía más antigüedad que él, aunque menos carisma. Él llevaba escasos tres meses de apoderado y aún no le dejarían tanta responsabilidad. No había problema en ello. Era consciente que todavía no había llegado su momento dentro de la entidad.

El día transcurrió con la agitación normal de la nueva noticia. Al terminar la jornada regresó al hospital. Estaría allí algunas horas, y si aguantaba, pasaría también la noche. Pero no fue una espera normal. Una nueva sorpresa se le presentó cuando apareció de entre las visitas un joven de color. Llegaba triste, con lágrimas, nervioso. Era la pareja de Lindiwe. Su novio en Madrid, la persona con la que había estado conviviendo allí. Lo conoció tras su regreso a la capital y trascurridas unas semanas se fueron a vivir.

- ¿Embarazada? No sabía nada!! Yo deseaba mucho tener un hijo, y resulta que ella me lo iba a dar. No es justo, no es justo. Se marchó y no me dijo nada. Casi ni nos pudimos despedir.

Estas y otras muchas frases eran narradas entre un mar de lágrimas.

La confusión se apoderó de Andrés. Ya no cuadraba nada. Cuando estuvieron juntos en Navidades ella no le había contado nada de que tenía pareja y también es cierto que no habían tomado medidas anticonceptivas. Pero ahora todo estaba patas arribas y sólo la propia Lindiwe sabría la verdadera historia.

Decidió guardar silencio y permanecer alejado de todos. Estaba totalmente desconcertado. Lo mejor sería marcharse a casa. En esos momentos, su presencia no era ni tan siquiera bien vista, salvo para aquel joven recién llegado y ajeno a la presencia de Andrés.

Antes de marcharse tiró de conocidos en el hospital que le dejaron entrar unos segundos para estar a solas con Lindiwe sin que el resto de la familia se percatara de ello. Llegó, se sentó junto a su lado, entre máquinas y cables, le tomó la mano y se dirigió a ella:

- Te quiero, y no creo que te lo haya dicho lo suficiente. No me importa lo que haya pasado, ni lo que hayas silenciado, sólo sé que voy a estar a tu lado hasta que te recuperes.

La máquina que marcaba el ritmo cardíaco de Lindiwe comenzó a dar señales de una subida del ritmo durante unos segundos. Luego volvió a estabilizarse.

- Enfermera, enfermera, la frecuencia cardíaca ha subido!!

- No se preocupe, es normal. A lo largo del día suele pasar varias veces.

- No, no es normal. Le ocurrió cuando le tomé la mano y le hablé.

La enfermera guardó silencio. Fue prudente. No quiso matar aquel hilo de esperanza. Sólo dijo: "quizás fue el amor".

Demasiadas preguntas por responder: ¿Sobreviviría Lindiwe al accidente? Y si así era, ¿en qué estado quedaría? ¿Por qué no le dijo en Nochebuena que tenía pareja en Madrid? ¿Quién la había dejado embarazada, él o aquel joven recién llegado? ¿Por qué acudía a Málaga? ¿Qué quería contarle? ¿Huía o quería un camino en común? ¿Qué pasaría en el inmediato futuro profesional de Andrés? Y Elvira ¿la volvería a ver?

Fin de la 1ª Parte

lunes, 31 de diciembre de 2012

Crisis económicas en España




Mi gran vocación siempre fue la Historia, pero ya veis, cosas del destino, acabé estudiando Económicas. Pero en esta carrera encontré la asignatura de Historia Económica, allá por el segundo año de la Licenciatura. Fue entonces cuando comencé a ver la Historia desde otra óptica. Mi profesor, un Catedrático curtido en años, valoraba la Historia de la Humanidad desde el punto de vista económico, es decir, todo ocurría por temas meramente económicos. El resto de cuestiones, llamense políticas, religiosas o culturales, estaban siempre ligadas a este prisma y eran subsidiarias o consecuencia de las circunstancias económicas. A veces resultaba chocante  interpretar algunas cuestiones tales como la llegada del Cristianismo desde el punto de vista de la Economía. Costaba trabajo, pero a lo largo del curso me fui adaptando a ese prisma e incluso lo desarrollé. Me embarqué en distintos estudios de investigación y en el desarrollo de cada uno de los temas. Quizás, y con el blog de fondo, desarrolle y rescate alguno de ellos. Éste podría ser un buen comienzo: el estudio de las distintas crisis económicas que ha sufrido nuestro país.

Pero mientras tanto, os dejo con esta síntesis, que aunque me sabe a poco, si trata de resumir con un lenguaje asequible y de forma muy resumida, algunos de los capítulos de nuestra Historia.

Y es que quizás por una visión cortoplacista o por desconocimiento, podríamos llegar a pensar que la crisis económica que vivimos en la actualidad es la más grave de todas las acaecidas, que el rescate del Estado español es un hecho único en la historia o que nunca antes se había vivido situación igual.

Nada de lo anteriormente expuesto es correcto o se asemeja a la realidad. Si estudiamos los desequilibrios económicos de nuestro país, vemos como ya desde los tiempos de Roma se vienen produciendo circunstancias diferenciadoras con el resto de países, circunstancias que por otro lado nada tienen que ver con la mayor o menor riqueza con respecto al exterior, dado que aún en tiempos del Imperio, momento álgido en el que los cargamentos de oro y plata provenientes de América nos situaban en una posición ventajosa respecto a nuestros competidores, nuestra economía presentaba grandes desequilibrios, sobre todo en materia presupuestaria.

Pero volviendo a los inicios, es durante la caída del Imperio Romano cuando podemos concretar el momento en el que nuestro país sufre la primera gran crisis económica. Hispania había sido un lugar de abastecimiento para la poderosa Roma. Un abastecimiento que generó la afluencia masiva de cecas provenientes de la metrópoli y que hizo que el dinero en circulación se multiplicara, lo cual disparó la inflación. El ocaso de Roma y su caída condujo al freno en seco de las exportaciones, y a un periodo de estanflacion, es decir, altas tasas de inflación junto a un escaso o nulo crecimiento económico. La economía española, acostumbrada a producir y exportar a Roma, vio como de repente ese caudal se frenó, quedando atrapada en unos precios que la población no podía atender debido a la drastica caída de las ventas, y por tanto de sus ingresos. Fue esto y no la mentalidad del pueblo visigodo, lo que condujo a un período de introspección económica en el que se da un retroceso importante hacia una economía que se centra de nuevo en el sector primario y el autoconsumo.

Pero si fue esta la primera, no fue ni de lejos la más grave. La misma se puede concretar en el periodo posterior a la Guerra Civil española. Curiosamente para el resto de los países occidentales, ésta se puede concretar en el Crack del 29. Sin embargo, España no sufrió un duro golpe en el mencionado episodio, toda vez que la economía no estaba ni de lejos a la altura de la de sus países vecinos, con unas estructuras aún anquilosadas en el S. XIX y que sirvieron de cortafuegos para frenar el contagio de la crisis. La inexistencia de un sistema financiero acorde a la época, el no haber adoptado el patrón oro o la excesiva dependencia del sector primario, hicieron que dicha situación no pesara en exceso en la población. Al contrario, incluso ese estar centrados en materia agrícola ayudó a superar la crisis vía exportaciones. Pero por desgracia todo fue un espejismo. La llegada de la Guerra Civil condujo al país a un caos económico y social que postergó el desarrollo económico. La no beligerancia de nuestro país en la Segunda Guerra Mundial nos llevó además a un periodo de aislamiento conocido como "autarquía", del que tardamos casi dos décadas en salir. Ello, unido a las consecuencias materiales de la guerra, con la destrucción de la débil pero floreciente industria manufacturera del país, localizada principalmente en Cataluña, y la no entrada en los planes de reconstrucción de Europa, el llamado "Plan Marshall", ayudaron a que aquélla tenga el triste honor de ser considerada la peor crisis económica de este país.

Luego vendrían más, no sería ésta la última. La crisis energética del 73 y la no adaptación a unos planes energéticos coherentes con el momento, supusieron un retraso económico que postergó la salida de la misma. Y es que ésta puede ser la nota que defina nuestro devenir económico: en tiempos de crecimiento, crecemos a tasas mucho mayores que nuestro entorno, siendo fuente de atracción para el capital extranjero, pero en períodos de recesión, nuestra economía se resiente aún más que el resto, en parte por la misma razón, la fuerte dependencia del exterior y la retirada de dichos capitales hacia sus países de origen. Eso es algo que estamos viendo cada día en esta crisis, cuando leemos en la prensa cómo los depósitos de personas y empresas extranjeras son repatriados por falta de confianza en nuestra economía.

¿Y el rescate? ¿Se trata se un concepto nuevo? Para nada. En tiempos del Imperio las finanzas estaban dirigidas a sufragar grandes guerras en Europa destinadas a mantener territorios donde preservar la doctrina católica, en una Europa que cada vez más se revelaba en contra del poder de la Iglesia. La afluencia de oro y plata provenientes de las colonias en América sufragaban dichas contiendas. Sin embargo, había una diferencia de tiempo entre la llegada de los metales y las necesidades de liquidez del Imperio, siendo éstas cada vez mayores y más urgentes. Dicho problema se solucionaba acudiendo a prestamistas alemanes e italianos principalmente, a los cuales se le debía pagar grandes tasas de interés. Tales fueron las necesidades de liquidez y el valor de los intereses, que llegó el momento en el que el Estado no pudo asumir dichos pagos, debiendo solicitar la suspensión de pagos y refinanciación de la deuda a más largo plazo, o sea, un rescate en toda regla. Y así hasta en tres ocasiones.

Pero no fue éste el mayor de los problemas de la epoca. La posterior pérdida de dichas colonias no fue sólo algo simbólico, político, estratégico o incluso económico. Fue la caída de todo un modelo económico basado en la explotación comercial de unos territorios que tras su independencia provocaron un nuevo estancamiento económico y el cambio de todo el modelo productivo de un país.

Y si reflexionamos sobre todo lo expuesto ¿no es acaso lo que está ocurriendo un capítulo más de todo lo que ya hemos vivido? La respuesta está en nuestro pasado. Costará asimilarlo, pero debemos pensar que el cambio del modelo productivo, la mejora de la eficiencia, la orientación hacia el comercio exterior o la reducción de un déficit público crónico son vías dolorosas pero necesarias para atender los retos del futuro, y cuanto más tiempo tardemos en llevarlo a cabo, más traumática y dolorosa será nuestra recuperación.

Feliz 2.013 a todos!!!

domingo, 4 de noviembre de 2012

El regreso del Samurai



Hola a todos

Hace ya más de dos años que dejé de escribir en el blog. Las razones para dejar de escribir fueron varias. Quizás el que no conozca el blog desde el inicio y se asome para echar un vistazo, verá tan sólo 30 relatos correspondientes a una parte de uno de los tantos viajes que he realizado en los últimos años, quedándose con la sensación que es éste un blog de viajes. Pero no es así. Este blog nació con la idea de desarrollar una historia y mostrarla a todo el mundo. Y así lo hice. A lo largo de dos años fueron muchos los seguidores de la historia, seguidores que poco a poco se fueron convirtiendo en amigos y compañeros en esa ruta trazada a través de la memoria más oculta de mi ser.

He aquí mi agradecimiento a todos vosotros. Fuisteis vosotros los que me ayudasteis a construir la historia, con vuestro seguimiento y comentarios. Gracias, de veras a :

LucasAksunite  MAYTE,  Adrianina,  El Diablo Des.,  melocotón,  mar,  Marta De Dios Crespo  SeleniapatiLa Maga GrisRobin HoodXeivisPablosuper primaNocheCantora Bruna OllyMiriam,   SATURNINOLA GUERA RODRIGUEZgrouchoGurka-CaroL- , looseVerónica (peke)MaríaSain_ela, Hay que ver donde te he puesto!!, *Irene* , .:*:. Ferípula .:*:. , 7planetasdesorbitadosacacia,  Aprendiza de risasAriaDna ♥CamilleDiosaoasis, El penúltimo samurai bancario, Gavilán, jordimJuditLunaMABANAMartínGarrido, Máx, MónicaMr BonkeiOrochi~PakKaramu~SALUSTIANAsilviasky-walkyriaUNA HALLIWELLveva, "Naruto" (El guerrro de la palabra), "Abraxas" (El demonio de la Ira), "Nabuhito", Shizuka, Kei, "Mi chiqui".

Pero la historia de repente se paró. Llegó el final de esa primera parte y no tuve ni ganas ni fuerzas para continuar. Fue como el fin de un ciclo que duraba ya más de dos años y del que no me he visto con fuerzas ni tiempo para retomar. Mientras, había intercalado entradas de mis distintos viajes, aunque ni eso he continuado haciendo.

Traté de darle una conjunción a la historia para convertirla en libro, y en eso estoy, aunque no es fácil, ya que el origen de todo no fue construir un libro, sino un blog, de ahí que quizás no vea la forma de cambiar el enfoque, aunque no tengo prisa para ello, o quizás en el fondo, no quiera hacerlo.

Mientras tanto, el contacto con casi todos los amigos se ha ido diluyendo. Salvo aquellos a los que conocía, o los que mantengo contacto a través de Facebook, de los demás, poco o nada sé de ellos.Y es que el mundo ha cambiado mucho en estos dos últimos años.

Nada de lo que vivimos en la primera mitad de esta última década se parece o asemeja a lo que estamos viviendo en éste último lustro. La crisis saca lo mejor y lo peor de cada persona, aunque por desgracia, abundan más las malas noticias en estas últimas fechas.

Espero y confío en que el ciclo cambie pronto, aunque sé bien que como todo ciclo económico, dura lo suficiente como para dejar huellas: no va a ser fácil salir de ésta, pero sobre todo, ahora que se acerca el final de año, es el momento de ser positivo y pensar que el que se marcha, es otro año de crisis que hemos dejado atrás.

Un fuerte abrazos a los que seguís ahí y saludos a todos los que me lean por primera vez.