lunes, 3 de mayo de 2010

Viaje a Budapest (I)

Hola a todos

Como podéis observar llevo ya bastante tiempo sin publicar, y es que mis nuevas obligaciones profesionales apenas me dejan tiempo para seguir el blog. De todas formas, no quiero dejaros ni tampoco me olvido de vosotros. Os sigo a todos, aunque apenas os dejo comentarios.

Mientras pueda, seguiré publicando fotos y vivencias personales de mis viajes. Aún no he acabado con el viaje a Laponia. Queda aún la visita al parque de Papa Noel y un paseo por Helsinki, aunque ahora mismo os voy a mostrar la visita que hice durante esta Semana Santa a Budapest junto a mi mujer.

No será la única, y es que como recordareis, a principios de marzo se conocían los resultados del challenge del 2.009 que organizaba mi empresa, challenge que finalmente ganó mi sucursal. Fuimos la primera sucursal del banco a nivel nacional, en una disputa muy reñida hasta el final. Y eso me ha proporcionado un viaje a Túnez que comienza el próximo jueves 6 de mayo, y acaba el 9 de mayo. Parece que está programado al mismo estilo de aventuras que el de Laponia, aunque en el desierto. Ya os contaré algo la próxima semana. De momento hay que esperar para poder vivirlo.

Os cuento sin más dilación algunas cosas de Budapest.

Budapest es la capital de la República de Hungría y en ella viven algo más del 20% de la población total del país. Se ubica a orillas del Danubio y la conforman dos distritos, el de Buda y el de Pest (parece broma pero es real).

Al llegar nos hospedamos en el Hotel Boscolo New York Palace, ubicado en Erzsébet Körút, justo a la salida del barrio judío y una de las arterias principales de la zona de Pest. Curiosamente su interior nada tiene que ver con la cultura norteamericana, sino que debe su nombre a que fue construido a finales del S.XIX como sede de una compañía de seguros neoyorquina. Su fama se debe a su estilo neo barroco y fue lugar de reunión de artistas y literarios húngaros durante el S. XX.

La zona está muy bien comunicada con una estación de metro muy cercana y en la cual se ubica un auténtico mercado subterráneo.

Es una zona muy animada y con gran surtido de tiendas, hoteles y cafés.




Pronto comenzamos la visita por la ciudad viendo las diferentes zonas alrededor del hotel, visitando algunos lugares emblemáticos, edificios todos de corte neoclásico como la Academia de Ciencias de Hungría o el Palacio Gresham, aunque sin duda, el edificio de mayor belleza es la Basílica de San Esteban, consagrada a San Esteban, el primer rey cristiano húngaro, y que como edificio es el mejor exponente del neoclasicismo de la ciudad.

Restaurado en los años 80 tras quedar seriamente dañada durante la II Guerra Mundial, la iglesia está decorada con hermosos mosaicos y cuenta en el centro del altar mayor con una estatua de San Esteban, además de tener guardado el antebrazo momificado del mencionado rey en una de las capillas del interior del templo.







Budapest está jalonada de monumentos y arte. Por sus calles se pueden ver a cada paso huellas de su pasado imperial, con constantes referencias a su legado histórico. Un país que comenzó su andadura con la llegada de las tribus Magiares y que ha sido foco constante de todas los enfrentamientos acaecidos en el centro de Europa, como la invasión del imperio otomano o la hegemonía de los Habsburgo austriacos, no siendo éstos muy bien recibidos en el conjunto del país, con algunas excepciones como la famosa emperatriz Sisí o el archiduque José, quien fomentó el progreso de la ciudad durante sus casi 51 años de gobierno y que tiene dedicada una plaza, la Plaza József Nádor, la cual podemos observar en la foto de la izquierda.









Seguimos el paseo hasta Roosevelt tér (Plaza Roosevelt), anteriormente conocida por Plaza de Francisco José (el emperador que fuera esposo de Sisí) y que data su nuevo nombre de 1947, en honor al Presidente norteamericano, si bien la efigie que preside la plaza es la del conde István Széchenyi, el mayor precursor de las reformas de la Hungría del S.XIX, aunque bien es cierto que no es la única imagen que se ubica en ella. También se puede apreciar la estatua erigida al barón József Eötvös frente al Hotel Inter-Continental y el cual fue un político que reformó toda la enseñanza pública durante el S.XIX.








Toda esta zona se sitúa junto al Danubio y como nexo de unión entre las dos zonas de la ciudad se encuentra el monumental Puente de las Cadenas (Széchenyi Lánchid), el cual es el más conocido y antiguo de cuantos puentes tiene la ciudad y el símbolo más carismático de Budapest.

El puente se sustenta sobre dos enormes torres y es toda una proeza de la ingeniería de principios del XIX, debido no sólo a su envergadura sino a las enormes dificultades técnicas que se tuvieron que afrontar para su desarrollo.






Además, su terminación estuvo a punto de no concretarse debido a que coincidió con el levantamiento en contra de los austriacos, quienes trataron de hacerlo volar sin conseguirlo, antes de su retirada. Quienes si lo consiguieron fueron los nazis, con lo que tuvo que ser reconstruido tras el fin de la II Guerra Mundial.





Sus extremos están presididos por dos leones, sobre los cuales pesa una leyenda, basada en la inexistencia de lengua en ambas estatuas y el suicidio de su creador, arrojándose al Danubio tras darse cuenta de su tremendo olvido una vez colocadas ambas estatuas. Aunque el tema no deja de ser eso, una leyenda.


Desde este lugar se pueden observar unas fabulosas imágenes del Palacio Real y de la Iglesia de Matías.

Cruzando el Puente se llega hasta Clark Ádam tér, plaza que lleva el nombre del ingeniero que proyectó el mencionado puente y donde se ubica el hito kilométrico cero, desde donde se calcula la distancia oficial entre Budapest y Viena.








Lo siguiente fue una excursión por el Danubio a bordo de uno de los barcos turísticos que se ubican a lo largo de la rivera del río, como podemos atisbar al fondo de la foto. Aunque de eso ya hablaremos otro día.



Un saludo a todos



3 comentarios:

MAYTE dijo...

Que suerte tienes pudiendo viajar tanto... una narración estupenda y unas fotos preciosas...ni te imaginas lo que daría yo por poder hacer un viaje así…!!

Besos.

Sara G. de Blas dijo...

Acabo de encontrar tu blog y me encanta poder ver (en las fotografias) todos esos sitios.
Gracias por compartirlo!

http://cooperandoconelmundo.blogspot.com/

Pescadora de Perlas dijo...

Hola como estás.
La verdad que bonita tu experiencia. En Semana Santa todo es especial, uno siente mucha paz y dan ganas de viajar, reflexionar.

Como siempre tu narrativa nos hace sentir muy cerca de cada lugar que visitas.
De ensueños la visitas por el Danubio ¿no?

Besos Andrés. Será hasta la próxima publicación.;-)